La historia no siempre se
cuenta como realmente fue…pero esto es algo que lei y que apoyo totalmente…"esto si es decir las cosas como son"...
• Nos contaron que las
mujeres indígenas se entregaron a los conquistadores por amor, sin explicarnos
las condiciones de explotación, abuso y violencia en que se daban esas
relaciones.
• Nos describieron un país
donde había casi 7 mujeres por cada hombre sin analizar que se construye esta
relación sobre la dominación indígena y de las mujeres para ser explotadas de
día por trabajo y de noche sometidas sexualmente, o después de la Guerra
Grande, por la casi desaparición de la población masculina.
• Nos dijeron que
vivíamos/vivimos en una sociedad matriarcal (poder social, económico, político
en manos de las mujeres), sin visualizar que las mujeres, a pesar de los
avances, deben continuar luchando por sus derechos.
• Nos explicaron que fueron
las mujeres quienes reconstruyeron el Paraguay después de la Guerra del 70, sin
decirnos cuáles fueron las condiciones de vida en que las mujeres
reconstruyeron el país.
Cuando recordamos a la
Residenta nos presentan, por un lado, una imagen romántica de la mujer
sacrificada que acompaña al hombre durante la Guerra de la Triple Alianza. Por
otro lado, mujeres laboriosas que con sus manos trabajaron la tierra y con sus
cuerpos poblaron de niños, niñas, que de esa manera reconstruyeron la nación paraguaya.
Las
Residentas fueron las mujeres que durante la Guerra de la Triple Alianza
sembraron la tierra, hilaron algodón, labraron metales.
A
medida que la guerra se desarrollaba y el ejército aliado (Brasil, Argentina y
Uruguay) avanzaba en el territorio nacional, el Mariscal López ordenaba la
evacuación de las poblaciones. La descripción de Rosa (pp. 271) impresiona:
“Allá cerca de Cerro León, en lo alto de la Cordillera, junto a Caacupé están
las familias que han dejado Asunción para no compartirla con el enemigo y a las
que suman las gentes venidas de todas partes para quedar junto al Mariscal. Son
mujeres, infinidad de mujeres de toda edad y condición social, hermanadas con
el sacrificio y el amor a la patria. De allí partirá la residenta, la marcha forzada
al norte para no caer en manos de los brasileros”.
Se llama residentas a las
mujeres que, acompañadas de personas adultas mayores, niñas, niños, iban camino
a lugares de residencia. En ese largo recorrido, sin alimentos, sin ropas,
muchas encontraron la muerte por hambre.
Cuando terminó la guerra,
con una población donde casi no había hombres, las mujeres adquieren, por esta
razón, importancia vital en la reconstrucción del país, (…) cupo a las mujeres
–no apenas a ellas, evidentemente, pero principalmente– romper en la práctica
con el rol que les fuera asignado y reconstruir la cultura, la identidad y el
uso del idioma guaraní. Nuevamente asumen tareas productivas y de
comercialización. Esta situación fue posible, porque desde hacía siglos, las
mujeres se encargaban de gran parte de la economía de subsistencia, desde la
mandioca hasta el tabaco, pasando por la caña, se hallaba, en gran parte, en
manos de mujeres.
¿Pero qué pasó con las
mujeres después de la guerra? Predominó nuevamente el dominio masculino,
ocupando el espacio público, relegando a la mujer al espacio privado, la casa.
La realidad actual
En el Paraguay, las mujeres
han estado presentes en roles protagónicos a lo largo de la historia, desde la
época de la conquista española, con la resistencia de las mujeres indígenas,
cuando se destaca la India Juliana, pasando por mujeres que participaron en la
hazaña de independencia y tantas otras que son heroínas cotidianas en nuestros
días.
Muchas mujeres lucharon por
derechos civiles y políticos, pero recién en el año 1961 fue aprobado el voto
para la mujer en nuestro país. Aún con el voto, no cambió la vida cotidiana de
las mujeres.
Así como lo hicieron Las
Residentas en 1868, en pleno siglo XXI, las mujeres paraguayas –adultas, niñas,
adolescentes– siguen recorriendo, en esa interminable búsqueda de un lugar para
trabajar, vivir y, así, aportar a una vida mejor para sus familias.
Son las residentas
actuales, mujeres de todas las edades que migran a las ciudades o a otros
países –como España, Italia, Argentina– buscando un lugar donde vivir. En esa
eterna búsqueda de una vida mejor, muchas de ellas son víctimas de trata con
fines laborales o sexuales.
Al igual que durante la
ocupación después de finalizada la Guerra Grande, las mujeres fueron violadas,
obligadas a trabajar y explotadas sexualmente, hoy día muchas mujeres son
víctimas de diferentes formas de violencia, entre las que se encuentran los
golpes, la violencia psicológica, las violaciones, acosos sexuales, y
encuentran inclusive la muerte en manos de sus parejas o ex parejas.
La lucha de mujeres
organizadas, feministas, es la que posibilita cambios con relación al rol de la
mujer en sociedad. El presente nos desafía a mantener esta lucha para que la
igualdad entre mujeres y hombres sea una realidad en el Paraguay.
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