Hoy quiero recordar a alguien que admiro mucho, a Hypatia de
Alejandria, una mujer fuerte que dedico su vida a la búsqueda de la verdad, que
debiera servir de inspiración para todas las mujeres de esta época.
Para los que no escucharon sobre
ella, a continuación transcribiré parte de su biografia:
Hypatia un símbolo de la pasión por
el conocimiento y la razón, fue una filósofa y maestra, que destacó en
Matemáticas y Astronomía; perteneció a la Escuela filosófica de Alejandría a
comienzos del siglo V. Hypatia, “la más grande”, es un personaje de la historia
del conocimiento que no pasó inadvertido para nadie. Heredera de la escuela
neoplatónica de Plotino, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo
deseara. Con este motivo, quien deseaba pensar filosóficamente iba desde
cualquier lugar hasta donde ella se encontraba”.
Consiguió tener un nivel de
conocimientos inusual en una mujer. Tuvo poder, puesto que influía en quien lo
detentaba, fue transgresora, ya que ejercía públicamente, y esto provocó un
conflicto de autoridad que acabaría cruelmente con su vida. Fue escogida
como víctima principal y una fanática multitud cristiana la asesinó.
Detalle a conocer para entender el porque fue perseguida:
Egipto era una provincia romana y
continuó siéndolo hasta la llegada de los árabes en el siglo VII. En el año
312, el emperador Constantino se había convertido al cristianismo. Al año
siguiente, en el 313, fue el Edicto de Milán por el cual se estableció la paz
religiosa y la libertad de cultos. En el año 330, Constantino trasladó la
capital del imperio a Bizancio, que pasaría a llamarse Constantinopla. En los
últimos años del siglo IV Roma se dividió en dos partes, Imperio de Occidente e
Imperio de Oriente. Egipto fue incorporado al Imperio de Occidente y en estos
años vive el ocaso de su Historia Antigua.
El cristianismo
había llegado a Egipto. En la época que nos ocupa se suceden grandes
controversias y disputas entre las distintas facciones de cristianos. Algunos autores
reseñan cómo las peleas llegaron a hacerse callejeras. La Iglesia cristiana
defendía en estos momentos su independencia respecto al poder imperial, y los
emperadores del siglo IV se consideraban autócratas y muy por encima de la ley.
En Alejandría vive y predica el obispo Teófilo (385-412),
fanático, intransigente y exaltado, enemigo de Juan Crisóstomo que predicaba en
la Iglesia de Antioquía (hoy un lugar de Turquía). La rivalidad entre
Alejandría y Constantinopla también era algo a tener en cuenta, ya que afectó
grandemente a las iglesias del resto de la cristiandad. Finalmente la iglesia
egipcia se separó de la iglesia de Oriente. Tuvo entonces lugar la aparición de
la lengua copta, una mezcla entre el egipcio demótico y la influencia del
griego.
En estas
circunstancias históricas vino
al mundo en el año 370 (otros historiadores aseguran que fue por el año 355) Hypatia
de Alejandría, en un momento en que
el estudio y la importancia de las ciencias y del saber estaba casi olvidado, y
aun perseguido por la ignorancia y la intransigencia de algunos obispos.
Teón, su padre, era un célebre matemático y astrónomo, muy querido y
apreciado por sus contemporáneos, que seguramente trabajaba y daba clases en la
biblioteca del momento, es decir en la biblioteca que en algún momento
sustituyó a la Biblioteca de Alejandría, desaparecida en el incendio del año 48
adC. Teón fue un sabio que no guardó los conocimientos de la ciencia para sí y
sus discípulos sino que hizo partícipe de ellos a su propia hija, algo
verdaderamente insólito en el siglo IV.
Hypatia por su parte era una mujer
inteligente y abierta a todo el saber que su padre quisiera volcar sobre ella y
así fue cómo se educó en un ambiente académico y culto. En efecto, Teón le
transmitió su conocimiento sobre las Matemáticas y la Astronomía además de la
pasión por la búsqueda de lo desconocido. Los historiadores han llegado a asegurar
que incluso superó al padre, y que muchos de los escritos conservados que se
suponen de Teón son en realidad de la hija.
Aprendió también sobre la historia de
las diferentes religiones que se conocían en aquel entonces, sobre oratoria,
sobre el pensamiento de los filósofos y sobre los principios de la enseñanza.
También se interesaba por la mecánica y ponía en práctica la tecnología. Se
sabe que inventó un aparato para destilar el agua, un hidrómetro graduado para
medir la densidad de los líquidos y un artefacto para medir el nivel del agua.
Viajó a Atenas y a Roma siempre con
el mismo afán de aprender y de enseñar.
La casa de Hypatia
se convirtió en un lugar de enseñanza donde acudían estudiantes de todas partes
del mundo conocido, atraídos por su fama. Uno de sus alumnos fue Sinesio de Cirene, obispo
de Ptolemaida (en Fenicia), rico y con mucho poder. Este personaje dejó
escrita mucha información sobre Hypatia, su maestra. Por medio de él
pueden llegar a conocerse los libros que ella escribió para la enseñanza,
aunque ninguno ha llegado a nuestros días.
Otro alumno llamado Hesiquio el
Hebreo escribió unas obras que se conservan, en las que también hace una
descripción sobre las actividades de Hypatia y asegura que los magistrados
acudían a ella para consultarle sobre asuntos de la administración. Dice
también que fue una persona muy influyente en el aspecto político.
LA MUERTE BRUTAL DE HYPATIA
Hypatia era pagana
y le tocó vivir en tiempos duros para el paganismo. Su situación llegó a ser
muy peligrosa en aquella ciudad que se iba haciendo cada vez más cristiana y
cuyo cristianismo iba derivando en el fanatismo. Los filósofos neoplatónicos
como Hypatia no eran bien vistos y pronto se vieron cruelmente perseguidos.
Algunos se convirtieron al cristianismo, pero Hypatia no consintió en ello a
pesar del miedo y de los consejos de su amigos como el caso de Orestes,
prefecto romano y alumno suyo, que no consiguió nada a pesar de sus ruegos. Hypatia
resultó ser para sus enemigos, no una mujer científica sino una bruja
peligrosa.
En el año 412 el obispo Cirilo de
Alejandría fue nombrado (para sustituir a su tío Teófilo), patriarca, un título
de dignidad eclesiástica que sólo se usaba en Alejandría, Constantinopla y
Jerusalén, que equivalía casi al del papa de Roma. Cirilo (elevado siglos más
tarde a los altares) era un católico exaltado que no consentía ninguna clase de
paganismo ni de herejía y que luchó toda su vida defendiendo la ortodoxia de la
Iglesia y combatiendo el nestorianismo. Algunos historiadores creen que Cirilo
fue el principal responsable de la muerte de Hypatia, aunque no exista
documentación directa que lo acredite.
La tradición dice que Cirilo era
enemigo de esta mujer científica, a la que temía y admiraba a la vez. Pero
siguiendo el pensamiento general de la época, no le era posible comprender ni
tampoco consentir que una mujer se dedicase a la Ciencia y menos aún a esa
clase de ciencia que difícilmente podían comprender las personas que no eran
eruditas en el tema. Por lo tanto es posible que creara un clima y un ambiente
de odio y fanatismo hacia ella, tachándola de hechicera y bruja pagana. En el
mes de marzo del año 415, Hypatia fue asesinada de la manera más cruel por un
grupo de monjes fanáticos de la iglesia de San Cirilo de Jerusalén.
Los hechos están recogidos por un
obispo de Egipto del siglo VII llamado Juan de Nikio. En sus escritos justifica
la masacre que se hizo en aquel año contra los judíos de Alejandría y también
la muerte de Hypatia. Cuenta cómo un grupo de cristianos atolondrados,
impetuosos y violentos, seguidores de un lector llamado Pedro fueron en su
busca, la golpearon, la desnudaron y la arrastraron por toda la ciudad hasta
llegar a un templo llamado Cesareo; allí continuaron con la tortura cortando su
piel y su cuerpo con caracolas afiladas, hasta que murió; a continuación
descuartizaron su cuerpo y lo llevaron a un lugar llamado Cinaron y allí
finalmente lo quemaron. De esta manera creyeron dar muerte a lo que ellos
llamaban idolatría y herejía.
Orestes, el prefecto romano amigo y
alumno de Hypatia informó de los hechos y pidió a Roma una investigación. Pero
por “falta de testigos”, se fue retrasando, hasta que llegó un momento en que
el propio Cirilo aseguró que Hypatia estaba viva y que habitaba en la ciudad de
Atenas. Orestes tuvo que huir de Alejandría y abandonar su cargo.
Su figura toma tintes trágicos por lo
cruel de su muerte, testimonio de adónde puede llevar el fanatismo. Voltaire,
entre otros, así lo destacó.
A partir de la muerte de Hypatia se terminó la enseñanza del pensamiento
de Platón no sólo en Alejandría sino en el resto del Imperio. El interés por
las ciencias fue debilitándose y la Historia entró en el oscurantismo.
La vida de Hypatia terminó
trágicamente, sin embargo su ejemplo en la búsqueda incansable de la verdad a través
de la reflexion, la enseñanza a los demás, y nuestra eterna lucha por ganar
nuestro lugar en un mundo de hombres… perdurara. Tenemos todo el derecho de
llevar nuestra vida como lo pueden hacer los hombres, con la misma libertad…que si bien no somos iguales, somos equivalentes.
* Recomiendo para los que no la vieron, a la pelicula "Agora" de Alejandro Amenabar que trata sobre su vida.
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