El dolor partía mis huesos en miles de pedacitos, y la vida se convirtió en esta bota gigante que te aplasta...que apenas te deja respirar, los quejidos callados que nadie escuchaba, la soledad que me desangraba el corazón como si garfios se clavaran sin piedad....y dije adios....y tuve la valentía de decir adios...
Y aquí estoy...con una nueva cualidad adquirida que cual medalla ganada en una batalla en la que casi me entregué, pero las guerreras no se rinden!....bueno quizás...cuando si vale la pena renunciar, PERO A LA VIDA NUNCA!!
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