Este es un articulo muy interesante que encontre y comparto un video del tema.
Gary Yourofsky es periodista y locutor de radio,
activista y defensor de los derechos de los animales. Sus acciones le han
llevado a ser arrestado trece veces, y se le ha prohibido la entrada en cinco
países. A pesar de todo, Gary Yourofsky es un orador muy solicitado y ha
ofrecido sus conferencias sobre el veganismo y la defensa de los derechos de
los animales a miles de estudiantes en todo EEUU. Yourofsky es el fundador de ADAPTT, una organización vegana que lucha por la abolición de la esclavitud, la
explotación, el abuso y la matanza de animales.
En el verano de 2010, el
activista Gary Yourofsky ofrecía una conferencia en la universidad Georgia
Tech durante la
que desmontaba mitos, presentaba evidencias y retaba a los oyentes a elegir de
forma consciente y ética los productos que consumen. El orador, tras advertir
que no hablaba en nombre de la institución que acogía su charla, y que no
pretendía desmentir a ninguna religión, ya que estas especifican claramente “no
matarás”, definía como esclavitud y holocausto el trato que los seres humanos
están dando a los animales.
Cada año, en EEUU
se matan 10.000 millones de animales terrestres y 18.000 millones de animales
marinos. Y no los matamos por necesidad, ni en defensa propia. Solamente hay
cuatro motivos que nos llevan a comer animales: costumbre, tradición, comodidad
y sabor.
No importa la
religión que profeses, tu ideología política ni tu clase social. Si hay algo
claro es que el mundo en que vivimos necesita paz y compasión entre los seres
que lo habitan. Al contrario de lo que afirman los dogmas religiosos y
políticos, los animales no nos pertenecen. No son bienes, ni propiedad, ni son
cosas inanimadas sin capacidad de razonar ni de sentir. Esa forma de verlos
como si fueran máquinas no solamente es un error garrafal, es una locura.
Todos sabemos que los animales utilizan los ojos
para ver, las patas para caminar, las alas para volar, las aletas para nadar,
la boca para comer… ¿Por qué nos empeñamos en afirmar que los animales no
utilizan el cerebro para pensar, para ser conscientes de sí mismos, observar su
medio y tener sentimientos? ¿Así que absolutamente todos sus órganos tienen
utilidad excepto el cerebro? No nos dejemos engañar por la enorme propaganda de
quienes abusan de animales. Todos los anuncios que nos indican que debemos
comer carne, que debemos sazonarla con un montón de queso, que tenemos que
beber más leche, etc. siempre van entrelazados por anuncios de clínicas contra
el cáncer, bebidas energéticas, píldoras dietéticas. Y nosotros, con nuestra
ceguera, no nos damos cuenta de la relación, no vemos que están matando a los
animales, nos están matando a nosotros y al planeta. Mi objetivo hoy es, si
abrís vuestra mente, quitaros esa ceguera y reconectaros con los animales,
despertar las emociones, los sentimientos y la lógica que han sido reprimidos
de forma intencionada por nuestra sociedad.
Todos los niños son
amantes y defensores de los animales. Cuando somos pequeños, los animales nos
hacen felices y nosotros hacemos todo lo posible para protegerlos. Porque los
niños diferencian muy bien lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, con
el tiempo se nos enseña a ignorar su sufrimiento, a excusar su dolor, a
burlarnos de su existencia. ¿Dónde comienza el cambio? ¿Quién nos enseña a ser
tan malvados, crueles e indiferentes hacia los animales, que antes eran
nuestros amigos, hacia esos seres inofensivos que nunca nos han hecho nada?
Pues bien, debemos saber que el odio es la forma más pura de un comportamiento
adquirido.
El racismo, el
sexismo, la pedofilia, la xenofobia... Todos son comportamientos adquiridos. A
los niños pequeños no les importa el color ni la religión de sus compañeros de
juegos en el parque. Lo mismo ocurre con el especismo, término que define el
amoral convencimiento de que la especie humana tiene todo el derecho de
explotar, esclavizar y asesinar a otras especies, solamente porque estamos
convencidos de que somos más especiales, superiores a los demás. Este
convencimiento es la base de todas las formas de discriminación, y la
discriminación nunca es bondadosa: se ceba en quien es distinto.
Me gustaría que
adoptarais una mentalidad empática, que intentarais ver la situación desde el
punto de vista del animal. Cuando uno no es la víctima, resulta bastante
sencillo racionalizar la crueldad, la injusticia, la desigualdad, la
esclavitud, e incluso el asesinato”.
Tras presentar un
vídeo de cuatro minutos en el que se muestran imágenes de lo que ocurre dentro
de un matadero, el orador solicita a la audiencia que se cuestione “si no es
bueno para mis ojos, ¿por qué es bueno para mi estómago?”
No me extraña que
McDonalds, Burger King o
Wendys no nos enseñen estas imágenes en sus anuncios, sino dibujos animados de
animales sonrientes que bailan y juegan en los prados. Es todo una mentira, un
lavado de cerebro, una programación de la mente para que no te importen las
cosas por las que normalmente te preocuparías, cosas que solían importarte. En
estos momentos, en las autopistasestadounidenses hay 5.000 camiones en los que vacas,
gallinas, cerdos, seres inocentes aterrorizados, son transportados a los
mataderos, donde se les obligará a bajar del camión, se les colgará cabeza
abajo y de donde saldrán troceados. ¿Conocéis alguna locura más grande que
esta? Los consumidores de carne caminan por la calle como si su estilo de vida
no estuviera causando ningún daño, como si fuera normal y natural consumir
violencia y muerte. Creo que este comportamiento no tiene ninguna excusa, y
menos viniendo de una especie que afirma que sabe diferenciar lo que está bien
de lo que está mal.
Mi oferta es
sencilla: ¿sabíais que, cuando salgáis por la puerta, podéis participar de
forma activa en acabar con la masacre? Cada año doy unas 250 conferencias a
unos 7.500 estudiantes y siempre encuentro frustrante que la gente venga a
hablarme sobre la bondad y la compasión. Y no vengo aquí a venderos nada, ni a
conseguir vuestras direcciones de email, ni a sacaros los cuartos. Vengo a
hablaros sobre la terrible crueldad que está teniendo lugar en este planeta.
Vengo a deciros que el veganismo es la forma de poner en práctica la compasión
y la bondad de la que todo el mundo habla, vuestra opción de mostrar a los
demás que de verdad sois pacifistas, vuestra oportunidad de formar parte de una
auténtica revolución, de dejar una huella en el planeta causando el menor
impacto posible.
Yo soy muy
consciente de que los animales están sufriendo solamente porque nosotros, los
seres humanos, nos encontramos en este planeta. Construimos nuestras casas en
sus hábitats, contaminamos el medioambiente… ¿existe algún motivo por el que
tengamos que maximizar su sufrimiento, la crueldad que sufren, simplemente para
comérnoslos? El 98% de los animales que se maltratan y se matan en este planeta
son víctimas de la industria de la carne, los huevos y los productos lácteos.
En EEUU, una persona que consume carne se come durante toda su vida unos 3.000
animales terrestres y miles de animales marinos, según estadísticas de la
propia USDA. Y lo hacemos porque siempre se nos ha dicho que el ser humano es
omnívoro o carnívoro.
En realidad, el
cuerpo humano es 100% herbívoro. Nuestros intestinos miden de 7 a 13 veces más
que nuestro torso, al igual que los de todos los animales herbívoros del
planeta. Sin embargo, la longitud del intestino de los verdaderos carnívoros
tales como las hienas, los coyotes, los osos, tigres, leones, etc. es de 3 a 6
veces superior al de su torso. La razón de poseer un intestino corto es
librarse de forma rápida de la carne en descomposición, de todas las proteínas,
grasas saturadas, colesterol, triglicéridos… Por este motivo, los verdaderos
carnívoros no tienen problemas de obstrucción en las arterias. ¿Y cuál es la
enfermedad número uno de los seres humanos que escogen comer carne y productos
lácteos? Fallo cardiaco debido a las arterias obstruidas. Ateroesclerosis. El
ser humano, al igual que otros herbívoros, suda a través de los poros para
refrigerarse. No jadeamos, como hacen los perros, los gatos o los leones para
refrigerarse. Tampoco tenemos garras, la huella dactilar de los carnívoros y
los omnívoros. Tenemos encimas digestivas de carbohidratos en la saliva, algo
que solamente tienen los herbívoros, que se supone que tienen que comer
toneladas de carbohidratos como frutas y hortalizas. Nuestros dientes son
anchos, cortos y planos, como los de los demás herbívoros (los herbívoros
cuentan con dientes caninos también, sin los que nos sería imposible comer
ciertas frutas como manzanas, etc.) Nuestra mandíbula inferior puede moverse
lateralmente, para mascar alimentos.
El motivo de que, si a un niño de dos años lo
sientas en una guardería con un conejo y una manzana se comerá la manzana y no
al conejo es que el ser humano no tiene instintos carnívoros ni omnívoros. La
necesidad de comer productos lácteos y cárnicos es un hábito adquirido, no un
instinto. Así que yo os reto: comed los productos que provengan de la tierra.
Todos los minerales, nutrientes y vitaminas, proteínas, calcio, hierro,
potasio, todo está disponible en su fuente original, antes de que se las hayan
comido los animales. ¿Os dais cuenta de que las personas que comen animales lo
hacen después de que aquellos hayan comido los alimentos que les ofrece la
tierra? Mi propuesta es que dejéis de filtrar vuestros nutrientes en el cuerpo
de otros seres. Id directamente a la fuente: frutas, verduras, nueces,
semillas, gramíneas, leguminosas… Ninguno de estos alimentos os hará daño, no
os provocarán enfermedades y tampoco estaréis dañando a otros seres en el
proceso.
Sin embargo, si
consumimos algo que camina, vuela o nada, esto es anormal. ¿De dónde creéis que
vienen las enfermedades, del brócoli? ¿De los melocotones, las fresas, las
manzanas, los pepinos? Si estáis pensando en los raros brotes de e.coli o
salmonelosis, tened en cuenta cuál es la única fuente de estas bacterias: la
mierda humana y animal. El problema es que los comedores de carne quieren miles
de millones de animales para comer, por lo que tenemos que producir a gran
escala. Y por favor, tened en cuenta que la cría de miles de millones de
animales no tiene nada que ver con dios, ni con la evolución, es solamente un
negocio.
Lo que nos lleva al
motivo de por qué tenemos cursos de ganadería en la universidad: porque cuando
criamos miles de millones de animales, estos producen billones de toneladas de
heces que se introducen en las capas freáticas y se filtran en los cultivos,
acabando en el agua con que regamos nuestros alimentos.
Pero todas nuestras
dolencias más graves, las enfermedades y paros cardíacos, la mayoría de los
cánceres (cáncer de próstata, de colon, de mama, de páncreas, de ovarios…), las
enfermedades renales, la diabetes, osteoporosis, hipertensión, obesidad, asma… Todas vienen provocadas por cuatro
factores principalmente, que se encuentran en la leche, el queso, la carne y
los huevos: colesterol, grasas saturadas, ácidos trans y proteína animal.
Cuando uno se hace
vegano elimina de forma completa el colesterol de su dieta, ya que este
proviene exclusivamente de los huevos, la carne, la leche y el queso. El
cuerpo, por su parte, produce colesterol él mismo, el denominado “buen”
colesterol. Cuando te haces vegano eliminas el 95% de las grasas saturadas de
tu dieta, y puedes eliminar todos los ácidos trans naturales. La proteína
animal es demasiado ácida para el ser humano, que no la procesa adecuadamente.
Este es el motivo de que una de cada tres personas que se alimentan con
productos cárnicos contraerá cáncer. También es uno de los mayores causantes de
osteoporosis. Cuando la proteína de la carne entra en el cuerpo, hace que la
sangre se vuelva ácida de forma instantánea. Para neutralizar esta acidez, el
cuerpo tiene que recurrir al fosfato de los huesos. El calcio y el fosfato son
los componentes del hueso: si uno desaparece el otro también. Cuando el cuerpo
utiliza el fosfato, el calcio es eliminado a través de la orina. Por eso, todos
los estudios epidemiológicos muestran que las sociedades que consumen gran
cantidad de proteína animal tienen los peores índices de osteoporosis,
fracturas óseas y cáncer. Sin embargo, las sociedades que consumen muy pocas o
ninguna proteína animal, las culturas veganas o vegetarianas como la hindú,
budista, rastafaris, etc. tienen muy bajos índices, si no cero, de
osteoporosis, fracturas óseas y cáncer.
(…)
He aquí las
mentiras de la industria de los productos lácteos: según ellos, el motivo de su
existencia es proveernos a todos de calcio. Gracias a su publicidad y al apoyo
del USDA, EEUU tiene el mayor consumo de productos lácteos per cápita del mundo
entero. Ni siquiera puedes comerte un sándwich sin queso o una ensalada a la
que no le hayan puesto queso encima. En esta sociedad enganchada al queso, en
la que no podemos pasar ni una sola comida, por no hablar de un día entero o
una vida entera sin él, ¿cómo puede ser que en la actualidad haya tres anuncios
distintos de suplementos de calcio? Si obtenemos todos los nutrientes que
necesitamos de la carne, ¿cómo puede ser que todos los supermercados cuenten
con una sección de complejos vitamínicos y suplementos de calcio? La respuesta
es que la proteína animal no permite que asimilemos todos estos nutrientes y,
al acidificar la sangre, nuestro cuerpo se desprende del calcio de los huesos.
¿Por qué tenemos que tomar fibra aparte de nuestra dieta? Si nos comiéramos una
pera o una manzana de vez en cuando, todos nuestros problemas de estreñimiento
se solucionarían.
Así que,
resumiendo, solamente existen cuatro motivos para comer carne, queso, leche y
huevos: costumbre, tradición, comodidad y sabor.
Por otro lado, las
sociedades consumidoras de carne son la causa raíz del hambre en el mundo: el
65% de la producción anual de cereales de todo el mundo se destina a alimentar
a los 53.000 millones de animales terrestres que se matan cada año en este
planeta. Eso sin contar con las decenas de miles de millones de animales
marinos de las actuales piscifactorías. ¿Por qué no utilizar esos cultivos para
alimentar a los 6.500 millones de habitantes del planeta? Si, además, añadimos
la contaminación de la tierra, las aguas, la deforestación, las emisiones de
gas de efecto invernadero… la causa número uno es la ganadería.
Volviendo entonces
al motivo del sabor para comer carne: a mí también me encantan el sabor de la
carne, los huevos, la leche, el queso. Yo no dejé de consumirlos porque no me
gustaran, sino por una cuestión moral. Por decencia, por compasión hacia los
animales con los que comparto el planeta. Y he aquí lo bueno de ser vegano hoy
en día: que puedes lograr el mismo olor, sabor y textura de la carne, el queso
y los huevos. Existen un montón de empresas que producen la versión vegana de
los alimentos que os gustan a partir de soja, trigo, arroz y cáñamo. Existen
los alimentos étnicos: la comida india, mexicana, de oriente medio, italiana,
asiática… lo único que hay que hacer es sustituir la carne por tofu y tenemos
una increíble variedad de platos y sabores entre los que elegir. Ser vegano no
quiere decir comer aburrido.
Entiendo que hasta
ahora muchos de vosotros podíais no contar con esta información. Pero ahora
todo ha cambiado. Después de esta conferencia, cuando salgáis por esa puerta,
podéis escoger ser radicalmente bondadosos y nunca más dañar de forma
premeditada a otro animal para vuestro desayuno, comida o cena. Esas criaturas
nunca se han aprovechado de vosotros ni os han hecho ningún tipo de daño, así
que lo menos que podéis hacer es tratarlas por igual. También podéis seguir
siendo radicalmente crueles, mantener el estado de las
cosas tal y como está, aseguraros de que los animales no tienen libertad, de
que se les roban sus bebés, se les cortan los picos y los cuernos, que pasan
toda su vida amenazados por el cuchillo. Solamente espero vuestra decisión sea
la acertada.
Tened en cuenta que
el veganismo no se practica por cuestiones de salud. Un vegano come lo que come
por altruismo, liberándose de su egoísmo, haciendo algo generoso por otros sin esperar nada a cambio.